Mi vida
es un destierro sin retorno.
No tuvo casa
mi errante infancia perdida,
no tiene tierra
mi destierro.
Mi vida navegó
en una nave de nostalgia.
Viví a orillas del mar
mirando el horizonte:
hacia mi casa ignorada
pensaba zarpar un día,
y el presentido viaje
me dejó en otro puerto de partida.
¿Es el amor, acaso,
mi última rada?
Oh, brazos que me hicieron prisionera,
sin darme abrigo...
También del cruel abrazo
quise escaparme.
Oh, fluyentes brazos,
que en vano buscaron mis manos...
Incesante fuga
y anhelo incesante
el amor no es puerto seguro.
Ya no hay tierra prometida
para mi esperanza.
Sólo queda un país poblado
de marchitos deseos,
una arcana patria sepultada
que de lejos parece
paraíso perdido.
(De Aunque es de noche)
III
No hice
lo que pensaba
hacer hoy,
y aumenta mi deuda
cada día.
VI
¿Es por exigirle
demasiado
al tiempo?
¿Por haberlo querido
ensanchar, comprimir
agotar, multiplicar?
¿Es por no haber sabido
respetar su medida?
¿Es por la absurda esperanza
de rescatar
el tiempo perdido?
¿Es por eso,
el cansancio
de cada día?
XX
Un lento silencio
viene desde lejos
y lentamenteme penetra.
Cuando me habite
del todo,
cuando callen
las otras voces,
cuando yo sea sólo
una isla silenciosa,
tal vez escuche
la palabra esperada.
XXV
¿La poesía
es algo que se pueda
decir?
¿Es algo que se pueda
escribir?
Escondida
entre las palabras
revela a veces
su resplandor fugitivo
a quien fielmente
la espera.
(De Las palabras y el tiempo)
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